Ucrania ha lanzado por primera vez misiles Atacms, de origen norteamericano, hacia la región rusa de Bryansk, según informaron medios estatales rusos este martes, citando al Ministerio de Defensa ruso.
El ataque se produjo tras la reciente autorización de Estados Unidos (EEUU) para que Kiev utilice este tipo de armamento de mayor alcance en territorio ruso.
De acuerdo con el ministerio, el lanzamiento ocurrió a las 3.25 a.m. hora local (7.25 p.m. ET), cuando Ucrania disparó seis misiles balísticos contra una instalación en Bryansk. "Se confirmaron misiles táctico-operativos ATACMS de fabricación estadounidense", indicaron las autoridades rusas.
La defensa aérea rusa logró interceptar cinco de los misiles, mientras que el sexto fue dañado y sus fragmentos cayeron sobre una instalación militar, donde provocaron un incendio ya controlado. No se reportaron víctimas ni daños significativos.
Este sería el primer uso de misiles Atacms en territorio ruso desde que la administración de Joe Biden levantó la restricción que prohibía a Ucrania emplear armamento de largo alcance dentro de Rusia. Kiev no ha comentado oficialmente sobre el ataque, consignó el sitio Cnnespanol.
El pasado domingo, el presidente Biden autorizó la utilización de estos misiles, revirtiendo una política que buscaba ayudar a Ucrania a defenderse sin aumentar la tensión en el conflicto. Esta decisión coincidió con un momento crítico en la guerra, que llega a los 1.000 días desde su inicio.
Rusia mantiene una ofensiva en el este de Ucrania y continúa sus ataques sobre infraestructuras civiles, intentando dejar a Ucrania sin electricidad en medio de un invierno severo por tercer año consecutivo.
Por otro lado, miles de soldados norcoreanos han sido enviados a la región rusa de Kursk, donde Ucrania lanzó una contraofensiva en verano pasado.
La decisión de permitir el uso de Atacms en Rusia fue evaluada durante meses, mientras los funcionarios norteamericanos debatían entre el riesgo de una escalada y la posible disminución en los arsenales de estas armas.
Tras el reciente ataque, el presidente ruso Vladimir Putin actualizó la doctrina nuclear de Rusia, estableciendo que cualquier agresión contra el país por parte de un Estado no nuclear, pero con la participación de uno nuclear, será considerado como un ataque conjunto contra Rusia.